Ya es un hecho (desde la pandemia) que nos hemos visto obligados, y a la vez, bendecidos por trabajar en casa. Y es que la nueva situación conlleva un cambio de mentalidad a la que no tenemos acostumbrada nuestra casa, porque nunca fue contemplada. Lejos de ser un problema (mirándolo de forma positiva), muchos seguimos en ese plan de “oficina improvisada”, dejando de lado una oportunidad única para aprender a trabajar en otro ambiente del que también podemos sacar el máximo provecho.
Comodidad, positivismo, motivación, bienestar… Estas son algunas de las características ideales que debe tener un espacio de trabajo en nuestro hogar. Y si ese espacio además lo tienes que crear en casa, lo mejor es optar por un lugar tranquilo, sin ruidos, que invite a aflorar tu creatividad, y que te ayude a tener jornadas productivas desde la comodidad de tus espacios personales.
Para nada hace falta grandes espacios, lo importante es sentirse cómodo y motivado, así que cualquier rinconcito de la casa puede ser perfecto. Eso sí, algunos de los consejos que los expertos proponen siempre son: tener una silla cómoda, que el espacio que se elija sea luminoso, que tenga estanterías o espacios de almacenamiento que permitan tener todo en orden.
Más allá de las recomendaciones obvias, ¿lo más importante para ti? Darle ese toque personal, que es súper importante para sentirnos 100% nosotros a la hora de desempeñar las tareas fuera de oficina.